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Alguien que quiere tener la razón es alguien cómico. Por ejemplo, yo. Querer tener la razón no tiene ninguna utilidad, pero «el ego» le da mucha importancia. No sabemos cómo hacer para que las personas que queremos tengan su modo de vivir, sus ... Seguir leyendo
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Alguien que quiere tener la razón es alguien cómico. Por ejemplo, yo. Querer tener la razón no tiene ninguna utilidad, pero «el ego» le da mucha importancia. No sabemos cómo hacer para que las personas que queremos tengan su modo de vivir, sus preferencias y sus opiniones. La Valentía es una historia de dos hermanas Trini y Guada, que han heredado la casa en la que pasaban los veranos de su infancia. Es una casa que aman, pero es una casa que tiene un pequeño problema: una autopista pasa a cinco metros de la puerta. Para Guada es más importante la casa que el ruido, y para Trini es más importante el silencio que la casa. Como Guada ha decidido quedarse a vivir en la casa, Trini, desesperada, contrata a los Hermanos Espectro, una pareja de hermanos que tiene una empresa que se dedica a dar sustos terribles para echar a la gente de los sitios haciéndose pasar por fantasmas. Por otro lado, Guada, que necesita dinero, ha puesto una de las habitaciones de la casa en Airbnb y llegan los primeros clientes: Martín y Martina, dos hermanos muy extraños que resultan ser fantasmas de verdad. Son los antepasados de Guada y Trini, los que construyeron la casa que vienen del más allá para defenderla. Todos se juntan en la casa el mismo fin de semana, y no puedo contar más. Lo que sí puedo es deciros que me gustan las historias con humor, aventuras y acción para poner sobre la mesa las paradojas esenciales del ser humano. Soy un autor cómico con aspiraciones filosóficas, de igual manera que hay muchos filósofos con aspiraciones cómicas.