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Los gobiernos centrales de los pa¡ses de Amrica Latina deciden y ejecutan programas educativos con la manifiesta pretensi¢n de mejorar los resultados obtenidos en ese sector. Sin embargo, es posible interpelar la veracidad de este prop¢sito, cuand... Seguir leyendo
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Los gobiernos centrales de los pa¡ses de Amrica Latina deciden y ejecutan programas educativos con la manifiesta pretensi¢n de mejorar los resultados obtenidos en ese sector. Sin embargo, es posible interpelar la veracidad de este prop¢sito, cuando se advierte el tenue desarrollo que ha tenido en los £ltimos a¤os la evaluaci¢n de programas. Evaluar la ejecuci¢n de programas y proyectos exige trasponer la idea dise¤ada para sumergirse en la acci¢n desplegada en territorios que por lo general, est n alejados del centro donde la misma se decidi¢. Llevar adelante ese proceso evaluativo implica desentra¤ar las concepciones de sociedad, de educaci¢n, de escuela y de sujeto que poseen los evaluadores, quienes deben realizar ineludiblemente opciones ticas e ideol¢gicas, a la vez que concretan elecciones tcnicas y metodol¢gicas. Evaluar programas constituye siempre un fuerte desaf¡o, que se potencia m s aun, cuando se asume la necesidad de incorporar la perspectiva de los implicados, desde la convicci¢n que la lectura e interpretaci¢n de los destinatarios acerca de las acciones desarrolladas, conforman aportes sus